¿Quiénes somos?

GrupoCreaMás, plantea una alternativa a la tradicional consultoría, distante en el trato, a la que se acude como último recurso, ante problemas que requieren la intervención de profesionales.

Por el contrario, nuestra Consultora, compuesta por profesionales del sector psicológico, psicopedagógico, sociológico, económico, de la enseñanza y especialistas en materia de igualdad de oportunidades y en género, puso en marcha y organizó un sistema de colaboración multidisciplinar que aunara dichas disciplinas.

En este sentido, debemos decir, que no somos las primeras profesionales que integran dichas disciplinas; no obstante, aportamos la idea innovadora de complementarlas, de integrarlas, toda vez que la dilatada experiencia profesional con la que contamos, nos ha demostrado que el mejor resultado se obtiene siempre con la colaboración y el trabajo en equipo, si se quiere obtener como resultado la aportación eficaz, rápida y útil de soluciones.

Con estos objetivos, se consolida GrupoCreaMás, tras una larga experiencia de sus miembros en sus respectivas competencias con la intención de continuar trabajando para la consecución de sus fines.

domingo, 11 de septiembre de 2011

ISABEL DE VILLENA


Sor Isabel De Villena (1430-1490), religiosa clarisa, autora de varios tratados de espiritualidad.

Nació hacia 1430, en Valencia. Se llamaba Leonor Manuel de Villena, hija natural de Enrique de Villena y Vega, nieto del rey Enrique II de Castilla. No se sabe nada sobre la madre de Sor Isabel, aunque la mayoría de autores dice que fue valenciana.

Huérfana a los cuatro años, fue educada por la reina María de Castilla, esposa del rey Alfonso V el Magnánimo, en su palacio de Valencia.

El 28 de febrero de 1445 ingresó en el monasterio de la Santísima Trinidad, de religiosas franciscanas clarisas, que había sido fundado por la misma Reina un año antes.Desde el primer momento se esforzó por poner en práctica las virtudes cristianas y se dedicó de modo especial al estudio de la Sagrada Escritura.

El 26 de marzo de 1463 fue elegida abadesa del monasterio, cargo que desempeñó hasta su muerte.

Isabel de Villena fue protagonista del ambiente cultural del Siglo de Oro valenciano.

El panorama cultural de Valencia en aquellos tiempos aparece particularmente animado y complejo. La introducción de la imprenta (1473) y las relaciones con Italia, entre otras causas, determinaron el surgimiento del Renacimiento local, que incluye paradigmáticamente las corrientes ideológicas y científicas más representativas de la época. La abadesa del monasterio de la Santísima Trinidad, desde su clausura, no estuvo ausente del movimiento literario que hubo en su época, y reunió en su convento una buena biblioteca.

Escribió la Vita Christi, obra que desarrolla los misterios de Cristo, desde la Concepción Inmaculada de su Madre hasta la Ascensión del Señor. Escrita en valenciano, con estilo elegante, con cláusulas doctas y con gran expresividad de lenguaje. Adquiere especial significación la simpatía con que trata a las mujeres del Evangelio, sobre todo a María Magdalena, y el protagonismo que les concede. Dedicó la obra a la reina Isabel la Católica, que deseaba con interés leerla. Se imprimió por vez primera el 22 de agosto de 1497, por orden de sor Aldonza Monsoriu, sucesora de Isabel de Villena como abadesa de su monasterio.

Sor Isabel de Villena se nos presenta en su Vita Christi como una mujer que sabía -cosa rara en su época- mucha teología y que tuvo el don de revestir con el ropaje de las figuras literarias y de una depurada expresión valenciana la mejor Vita Christi de su tiempo, convertida realmente en una selecta mariología.


A este respecto escribía Jaime Barrera que Sor Isabel de Villena iguala en riqueza teológica y en erudición a todos los autores de las Vita Christi, aunque se llamen Ludolfo de Sajonia, e incluso los supera en riqueza literaria, en gracia discretamente retórica y en fantasía, cualidad nada despreciable en un artista.

También escribió unos sermones y la obra mística Speculum animae, que no han llegado a la actualidad.

No cabe duda de que Sor Isabel fue en su tiempo un verdadero ejemplo entre las mujeres de la corte y del claustro. Bien se puede afirmar que fue como un símbolo de la mujer intelectual que se eleva, ayer y hoy, como modelo para todas las mujeres.


A instancias suyas Jaime Pérez, obispo auxiliar de Valencia, escribió un comentario al Magníficat en 1485, que se lo dedicó.

Falleció piadosamente el 2 de julio de 1490.

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