ARTEMISIA GENTILESCHI

(Roma n.1593 - Nápoles m. 1651?)

Nació en Roma en el año 1593. Era hija del pintor Orazio Gentileschi. Artemisia desde muy pequeña pasaba muchas horas en el taller de su padre y poco a poco fue aficionándose a pintar.

Ha sido considerada la primera mujer pintora de la historia, siendo una de las pocas que pudo trabajar y vivir como artista, llegando incluso a cobrar tres veces más que sus coetáneos pintores de sexo masculino.

Artemisia tuvo que hacer frente a las trabas sociales y religiosas de su época para poder desarrollar sus cualidades artísticas

Su estilo se inclinaba más por el realismo y por el naturalismo, aunque en aquel tiempo los coleccionistas preferían obras idealizadas.

Caravaggio influyó mucho en su pintura y muchos a llegado a calificarla de "caravaggista".

Cuando contaba con 17 años pinta "Susana y Los Viejos" un cuadro claramente naturalista con utilización del claroscuro, el tema de este cuadro se acerca mucho a lo que ella también sufrió, pues fue violada por Agostino Tassi, pintor que frecuentaba el taller.

Artemisa contó lo sucedido a su padre y este lo denunció ante el papa Pablo V un año después fue a juicio que duró cinco meses y al final al agresor sólo se le impuso una ridícula pena, en cambio Artemisia fue sometida a un examen ginecológico público e incluso la torturaron para asegurarse de que no mentía.

A los 18 años pinta Judith decapitando a Holofernes.

Las mujeres que pinta tienen una constitución fuerte, con curvas, volúmenes armoniosos y poseedoras de una gran fuerza de espíritu.

Fue llamada por sus contemporáneos "Maestra Artemisa" y aquella sociedad machista no tuvo más remedio que admirar sus pinturas.

Artemisia accedió al conocimiento de la anatomía masculina a través de su experiencia sexual amorosa, pues en aquella época la formación académica estaba vetada para las mujeres.

Se casa con un pintor y mercader florentino, Pietro Antonio di Vicenzo y es él quien le enseña a leer y escribir privilegios que se le habían denegado por ser mujer.

En 1616 fue admitida en la Academia de Arte de Florencia siendo la primera mujer que ingresa en ella y ha sido considerada una de las más grandes artistas del Barroco Italiano.

Su obra fue olvidada y de alguna manera marginada de los libros de historia hasta hace dos décadas.

Únicamente se conservan 34 de sus pinturas sabiendo con toda certeza que son suyas, pero muchas de sus obras han sido atribuidas a sus contemporáneos masculinos